Decálogo del orador
1. Hablar en público, y hablar bien, es un privilegio; pero al mismo tiempo es una responsabilidad.
2. El orador señala caminos, tiene el compromiso de no equivocarse.
3. Que no hable quien no sepa lo que dice.
4. El orador estudia y pule su lenguaje.
5. Persuadir y conmover son tiempos unidos del estilo discursivo.
6. Los enemigos de la oratoria son los tartamudos de la conciencia.
7. Tarde o temprano el orador habla en nombre de la patria.
8. Conciencia y expresión, son ejercicio vital.
9. La oratoria de los jóvenes ni se empeña ni se vende.
10. No subas a la tribuna sin una causa justa que defender; no bajes de ella, sin la certidumbre de la dignidad cumplida.
Con esto sabrás, joven orador que la palabra entraña el valor de la propia estimación; que la palabra nace comprometida con el pueblo y la clase social a que se pertenece. Es Don magnífico; pero es una obligación impostergable.
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